DÍA DE MUERTOS
El Día de Muertos es una celebración tradicional mexicana que tiene lugar los días 1 y 2 de noviembre y está vinculada a las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Fue declarada en 2008 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México.
FECHAS DE CELEBRACIÓN
Para el pueblo mexicano en esta celebración, la muerte no representa una ausencia sino una presencia viva; la muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido.
En este sentido se trata de una celebración que conlleva una gran trascendencia popular ya que comprende diversos significados, desde filosóficos hasta materiales.
Su origen se ubica en la armonía entre la celebración de los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración del día de muertos que los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos; los antiguos mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal cultivo alimentario del país.
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo principalmente los días 1 y 2 de noviembre, sin embargo la llegada de los difuntos se percibe desde octubre, ya que se divide en categorías:
27 de Octubre
Se sabe que en este día nuestras mascotas vuelven del más allá. Llegan a visitar la casa en la que en vida fue su hogar, por ello, en uno de los rincones de la vivienda se suele colocar agua y algún tipo de alimento.
28 de Octubre
Se recibe a las personas que murieron en un accidente o de forma repentina o violenta, así como a las ánimas solas. Se les coloca una veladora y una flor blanca.
29 de Octubre
Es el día dedicado a los ahogados.
2 de Noviembre
Se vela por los Fieles Difuntos, es decir, a los adultos
30 de Octubre
Se deja una veladora y se coloca un vaso de agua por aquellas almas olvidadas o que no tienen familia que los recuerde.
31 de Octubre
Se recuerda a los niños que están en el limbo (que no están bautizados) o que nunca nacieron.
1 de Noviembre
Corresponde a Todos los Santos y es un día dedicado a los “muertos chiquitos” o niños
FIESTAS DE
TODOS LOS SANTOS
El 1 de noviembre la iglesia Católica celebra la solemnidad de Todos los Santos. Es una fiesta instituida en honor a todos y cada uno de los santos, conocidos o desconocidos, por su gran labor de difundir el mensaje de Dios.
En conmemoración a la fecha muchas personas asisten a una misa especial que se oficia para la fecha.
El día de Todos los Santos es una solemnidad cristiana y tuvo sus orígenes en el siglo IV debido a la gran cantidad de mártires de la iglesia.
Más adelante el 13 de mayo del año 610 el Papa Bonifacio IV dedicó el panteón romano al culto cristiano. Es así que se les empieza a festejar en esta fecha. Posteriormente el Papa Gregorio IV, en el siglo VII, trasladó la fiesta al 1 de noviembre.
“Los santos «canonizados» oficialmente por la Iglesia Católica
son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos
no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo.”
Declararon autoridades de esta institución.
San Bonifacio
IV
San Gregorio
IV
Es a los santos no canonizados a quienes se les dedica dicha festividad, pues la iglesia busca reconocer la labor de los «santos desconocidos» que arriesgaron su vida por la justicia y la libertad de forma anónima.
El Papa Francisco explicó de una forma más clara la diferencia entre las celebraciones de la solemnidad de Todos los santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos:
«El 1 de noviembre celebramos la solemnidad de Todos los santos.
El 2 de noviembre la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Estas dos celebraciones están íntimamente unidas entre sí, como la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo una síntesis que el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.
En efecto, por una parte la Iglesia, peregrina en la historia, se alegra por la intercesión de los santos y los beatos que la sostienen en la misión de anunciar el Evangelio; por otra, ella, como Jesús, comparte el llanto de quien sufre la separación de sus seres queridos, y como Él y gracias a Él, hace resonar su acción de gracias al Padre que nos ha liberado del dominio del pecado y de la muerte».